viernes, 1 de noviembre de 2013

POLICARPA SALAVARRIETA

 

 



POLICARPA SALAVARRIETA
HEROÍNA COLOMBINA
 
 
 
PRESETADO POR:
ANGELICA LLANOS
COD. 20132454
 
 
 
 
TUTOR: BETTY OTALORA
 
 
 
 
 
 
 
UNIERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLGICA DE COLOMBIA (UPTC)

POLICARPA SALAVARRIETA
 
Heroína colombiana de la Independencia. No existe unanimidad de criterios respecto al lugar de nacimiento de María Policarpa Salavarrieta Ríos, también conocida como La Pola. La gran mayoría de los historiadores lo ubican en la población cundinamarquesa de San Miguel de Guaduas, otros en el barrio Santa Bárbara de Bogotá y otros en la tolimense Mariquita. El hecho cierto es que la familia Salavarrieta Ríos estuvo avecindada en Guaduas, villa en la que el padre, Joaquín Salavarrieta, y la madre, Mariana Ríos, poseían una regular fortuna conseguida gracias a la agricultura y el comercio. Actividad, esta última, en la que no era difícil desempeñarse en Guaduas, pues la villa quedaba en la ruta que de Santafé conducía hacia el principalísimo puerto fluvial de Honda. Policarpa fue la quinta de siete hermanos.
Según parece, Joaquín Salavarrieta era oriundo del Socorro y había participado en la revolución de los Comuneros de 1781. Había acompañado a José Antonio Galán cuando éste emprendió la campaña por la hoya del río Magdalena y conoció Guaduas cuando pasaron por allí, el 4 de junio de 1781, vía Mariquita. Al enterarse, el 16 de junio, que se había firmado la paz y que cada uno debía volver a su casa, don Joaquín retornó al Socorro. Sin embargo, como después de la firma de las Capitulaciones se había desatado una implacable persecución contra los participantes en la rebelión, resolvió huir con su esposa, la moniquireña Mariana Ríos.
En 1798 la familia Salavarrieta se trasladó a Santafé de Bogotá, a la parroquia de Santa Bárbara. El padre, la madre y dos hermanos (María Ignacia, la mayor, y Eduardo, el menor) murieron entre agosto y septiembre de 1802, a consecuencia de la epidemia de viruela negra que se extendió por la capital virreinal. Los afligidos hijos y hermanos tuvieron que cerrar la casa, pues estaba infectada, y buscar la forma de sobrevivir: José María y Manuel ingresaron a la comunidad agustina; Ramón y Francisco Antonio se emplearon como peones en una finca ubicada en Tena; la hermana mayor, Catarina, se hizo cargo de los dos menores, Policarpa y Bibiano, y en 1804 se residenciaron nuevamente en Guaduas, en la casa de Margarita Beltrán, hermana de Manuela Beltrán y madrina de Catarina. Al cabo de un tiempo, la mayor de los Salavarrieta contrajo matrimonio con Domingo García y sus dos hermanos fueron a vivir con ella.

 
A los nueve años llegó La Pola a Guaduas. Margarita Beltrán procuró su ingreso a la escuela del Convento de La Soledad. Allí aprendió a leer y escribir, estudió la doctrina y la historia española y aprendió a rasgar la guitarra y a cantar. En la modesta casa del matrimonio García-Salavarrieta era común que se alojaran ocasionales viajeros en tránsito hacia Santafé o hacia Honda, por lo que existía una constante información sobre los sucesos de España y del virreinato. Muchas familias tenían a Guaduas como lugar de veraneo y mantenían relaciones cordiales con los familiares de La Pola, en especial con la del futuro general Joaquín Acosta y Pérez de Guzmán.
En marzo de 1813, La Pola conoció a los hermanos Almeida, quienes le ayudaron a gestionar un mejor bienestar para su novio. Durante un mes estuvo trabajando con doña Bárbara Romero, destilando clandestinamente aguardiente, procedimiento que conocía desde su estadía en Guaduas, donde se producía el mejor anisado de la región. En junio de ese año Sabaraín ya estaba recuperado y participó activamente en el adiestramiento de nuevos milicianos que irían a participar en la campaña del Sur, la cual se inició el 23 de septiembre y en la que participaron Sabaraín, Bibiano Salavarrieta y su cuñado Domingo García, el cual fue dado de baja en la batalla del Bajo Palacé.
 
A finales de 1813, Policarpa volvió a Guaduas junto con la familia Zaldúa y allí permaneció al lado de su hermana y, según parece, dedicada a la enseñanza. En 1815, Guaduas fue tomada por los españoles. Mantuvo entonces La Pola una peligrosa posición de rechazo y continuó colaborando, en lo que podía, con la causa patriota. En mayo de 1816, el general español Pablo Morillo llegó a Santafé y comenzó la cruel ejecución de los criollos que habían participado en la primera República.
 
Los montes de Guaduas se convirtieron en un importante lugar de refugio de los republicanos que escapaban del "régimen del terror", especialmente hacia los Llanos Orientales, en donde se sabía que un numeroso contingente de guerreros se adiestraba y preparaba entre "la niebla". Así se llamaba un grupo del que pronto recibieron órdenes los guadueros y del que formó parte Policarpa Salavarrieta, que en la clandestinidad fue una de las más entusiastas colaboradoras de los fugitivos.
Desde 1813, pocas noticias habían recibido de Alejo Sabaraín, y por los días de la derrota de los patriotas en la cuchilla del Tambo, en las cercanías de Popayán, el silencio del novio fue total. Sólo en noviembre de 1816 recibió una carta en la que Sabaraín le comunicaba que estaba vivo y cautivo en Santafé, en el presidio correccional. Había caído preso junto con José Hilario López y otros oficiales, y corrió la misma suerte del futuro reformador liberal; en el último momento, cuando ya iban a ser ejecutados en el patíbulo, se les conmutó la pena de muerte por ser de baja graduación militar. En su misiva, Sabaraín le pidió a La Pola que se le uniera en la capital. En diciembre de 1816, se presentó en la casa de Policarpa, en Guaduas, el coronel patriota José Ignacio Rodríguez, de alias "El Mosca", quien dijo ser enviado de los Almeidas y le propuso, a nombre de los antiguos amigos, un trabajo para la patria: actuar en Santafé como espía y enlace de los grupos patriotas.
Rodríguez le entregó un salvoconducto y pasaporte falso y claras instrucciones de lo que debía hacer en la capital: se alojaría en casa de Andrea Ricaurte de Lozano, a quien serviría como empleada del servicio; ésa era la pantalla. Debía conocer el estado de las tropas españolas y poco a poco hacerse amigos y enterarse de quiénes deseaban huir a los Llanos para unirse a las guerrillas del padre Ignacio Mariño. Además, debía obtener las listas de los patriotas buscados por insurgentes.
Rodríguez, además, le comunicó a La Pola que pronto recibiría la visita de Bibiano, que para ese momento era prácticamente un héroe. El hermano pequeño llegó y, según comprobaron las hermanas Salavarrieta, había sufrido mucho en las campañas militares. La visita de Rodríguez y de Bibiano a la casa de Catarina despertó gran sospecha entre los realistas que vivían en Guaduas y precipitó el desplazamiento de Policarpa a la capital.






En enero de 1817, llegó La Pola a Santafé acompañada de su hermano Bibiano. Por intermedio de sus hermanos curas, logró un salvoconducto para visitar todas las semanas a su novio Alejo Sabaraín. En cada entrevista, Policarpa le comunicaba noticias, órdenes y toda clase de mensajes enviados por los comandos revolucionarios. Las labores de inteligencia las cumplió con precisión y efectividad, pues, como era conocida en la ciudad, podía salir con libertad e introducirse en los costureros de las señoras españolas donde recogía informes útiles sobre los movimientos de las tropas españolas. Sin embargo, la casa de doña Andrea Ricaurte era un centro de subversión bastante peligroso: allí se celebraban frecuentes reuniones clandestinas a las que asistían varios militares criollos que por diferentes causas habían tenido que vincularse al ejército realista, pero que esperaban la ocasión de reincorporarse a las fuerzas patriotas acantonadas en los llanos; en el grupo participaban otras mujeres que, al igual que Policarpa, cumplían labores de inteligencia. Para esconder los mensajes enviados se usaban naranjas ahuecadas en las que se introducían las misivas, y el santo y seña era "¡Vencer o morir!".
El 1 de julio de 1817, Alejo Sabaraín y todos los presos de las cárceles de Santafé fueron puestos en libertad. En ese momento, la red de personas que participaban en el movimiento revolucionario era bastante grande e involucraba a hacendados de diferentes parroquias, en las que se alojaban los soldados desertores en tránsito hacia los Llanos.
El novio participó en todo el engranaje y planeaba también viajar a los llanos para unirse a las guerrillas de José Nonato Pérez, con el fin de adelantar con la mayor rapidez posible la toma de Santafé. Alejo partió con Rafael Cuervo, Francisco Arellano y otros más a principios de agosto de 1817. La ruta escogida fue por los cerros de Monserrate para llegar al Guavio, luego a Gachetá y, de allí, seguir a los Llanos.
 
 

 
VIDEO
sobre Policarpa Salavarrieta:
 

INTRODUCCION


INTRODUCCION

El propósito de este trabajo, es dar a conocer la vida de una de las más reconocidas heroínas de nuestro país; además que veamos lo importante que fue para la historia de nuestro país ayudando en gran medida a la independencia de nuestra patria Colombia.

Esta gran colombiana que dando su vida misma fue forjadora de un comienzo para la libertad.
CONCLUSIONES
 
  • En la preste presentación encontramos la bibliografía de La Pola.
  • Este trabajo es con el fin de dar a conocer una de las primeras heroínas en Colombia.
  • Conocer los comienzos de  la independencia de nuestro país.